Foto: Trencadís (cerámica fragmentada) en el Parc Güell de Barcelona

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domingo, 8 de noviembre de 2009

Tu horizonte



Lámina I


En El libro de Urizen, William Blake describe un estado de conciencia que es opuesto al viaje espiritual, para lo cual se vale del personaje y de las acciones de Urizen. Haciendo esto, Blake nos proporciona una extraordinaria exposición en términos apofáticos sobre el estado de conciencia que todo viaje espiritual requiere. En otras palabras, Blake sabía que para entender qué es un viaje espiritual, hay que entender qué no es; para descubrir el modo de emprender este viaje, debemos reconocer antes al adversario que nos lo impide. El Urizen de Blake es este adversario; a través de este personaje Blake ejemplifica todos los errores de la mente razonante y la realidad que esta construye, el mundo falaz que oscurece y obstruye el camino de la percepción infinita.
Urizen representa ese estado de conciencia capaz de construir toda una realidad, un mundo, a partir de la percepción finita: una conciencia que tiene su origen en la separación del cuerpo y el alma, y que, al valerse exclusivamente de "los órganos naturales y corporales" para conformar su mundo, genera un mundo centrado en las necesidades y deseos corporales. Se trata de un mundo "apartado de la luz de la vida", un mundo que es como una "Incrustación en el Espíritu Inmortal del hombre". Un mundo que parece sólido, concreto y articulado pero que, paradójicamente, es abstracto, ilusorio, y que carece de sentido en su modo de comunicarse. Además, es un mundo que se perpetúa mediante tablas de la ley, códigos sagrados, y otros libros de error.


Lámina V


Blake entiende que Urizen, el adversario, es causa de dualismo y que tal dualismo, a su vez, origina nuestra incapacidad para comprender las relaciones mutuas entre los estados contrarios. La equivocación de Urizen consiste en aceptar los estados contrarios que son causa de su caída en el error del dualismo. Se abre El libro de Urizen cuando éste surge desde la eternidad y se separa de la eterna unidad de los contrarios. Urizen compadece a los Eternos; condena la forma de vivir que éstos tienen; y, en oposición al espontaneo desorden de ellos, ofrece su ley racional. Urizen es ese aspecto de la conciencia que prefiere ver el error ajeno antes que el propio. Por lo tanto, la conciencia Urizénica es la del bienhechor que busca reformar al los otros antes que a sí mismo. Urizen al contemplar su identidad, su ser, como algo separado de la eternidad, al convertirse él mismo en el adversario de la eternidad, ha formado una eternidad que es su propio adversario. De aquí se sigue el que la conciencia Urizénica, según Blake, cree un círculo de relaciones adversas, el cual es la esencia de todo dualismo en religión, política, moral y en la vida de cada uno.

Lámina XXVII


El dualismo trae consigo la oposición y lo que necesita el Urizénico es tomar bajo su control el fluir de la vida. Blake entendía que este dualismo era el estado "normal" de la conciencia, es decir de Urizen, el adversario de la vida espiritual. Debido a que la conciencia Urizénica supone que el hombre es su cuerpo, su yo, y nada más, el propio cuerpo se convierte en fuente de error dualístico, si bien Blake insiste en que el cuerpo en sí mismo no es el error. El error está en el interior de esa clase de percepción que impide al cuerpo su acceso a la eternidad. Blake pensaba que la anatomía y la fisiología del cuerpo humano eran sangre y carne de la propia divinidad. Afirmaba que "Dios se hizo como nosotros, para que nosotros pudiéramos ser como él", palabras con las que da a entender que habitamos una divina forma humana que encarna la divina Forma Humana de Jesús. Cuando alguien es capaz de reconocer su cuerpo divino, entonces se abre a la eternidad, a la existencia visionaria; en cambio, si el individuo opone el cuerpo al alma, la percepción finita a la infinita y al potencial eterno que su cuerpo contiene, entonces se conviere en Urizen, el adversario. Y él mismo, Urizen, representa todo error causado por una percepción que se realiza tan sólo a través de los órganos sensoriales.


Lámina IV


Aunque Blake admite que dichos órganos desempeñan una función necesaria dentro de la percepción visionaria, se da cuenta por otro lado de que en el hombre existe una fuerte inclinación a negar la percepción visionaria en virtud de convertir la percepción corporal en su única realidad, su solo horizonte. De echo, el nombre de Urizen es un elisión de "tu Horizonte". En efecto, para los angloparlantes, la palabra Urizen suena parecido a your horizon (tu horizonte) y también a your reason (tu razón). Al creer que sólo aquello que podemos ver, oir, tocar, gustar, o sentir es real, desconfiamos de todo lo que se muestre fuera del alcance de nuestros sentidos. Al conducirnos así, recibimos solamente "porciones de existencia" que imaginamos son el todo. Urizen, por tanto, ejemplifica el error de la percepción finita ya que, en palabras de Blake, el hombre "no está limitado por los órganos de percepción; él percibe mucho más de lo que el sentido puede descubrir". Es por causa de su error que el hombre cae en "generación de ruina y muerte", que se confina a sí mísmo en la percepción mortal y finita, negando la eterna e infinita. Dicha negación le priva del contacto con su propia divinidad y , por ello, le encierra en los confines de su propio cuerpo.

Lámina XI


Cuando el ser humano se siente desamparado en medio del caos, en el vacío, su deber es buscar el control. Y es precisamente esa inseguridad es la causa de que el hombre halla sido separado de la eternidad, así como la capacidad de comunicarse con el ser divino.
Esta separación de la eternidad queda fija y perpetua cuando el adversario institucionaliza la percepción finita en la Religión Natural y establece su ley de oposición en los codigos sagrados -biblias y libros de error-. Estos libros de error niegan que "todas las deidades habiten en el corazón humano" y sostiene creencias basadas en la noción de que el cuerpo está separado del alma. La historia del adversario, de Urizen, según Blake, guarda estrecha relación con la historia de la religión, especialmente con la religión Judeocristiana. Blake opinaba que el error fundamental del mismo cristiano estaba en la narración de la Caída del Hombre, una caída causada por haber probado la fruta del árbol de la dualidad, el árbol de la ciencia del bien y del mal. Blake rechaza la caída y busca vencer sus efectos a través de su obra. En consecuencia, Blake desarrolla en El libro de Urizen una historia del error y nombra a Urizen como el dios de tal error. Urizen es el dios que cae, el dios de la caída, y el dios que la perpetúa gracias a su "Red de la Religión". El es el dios del error, el cuerpo del error, que a su vez, es el libro del error: El libro de Urizen.
Esencial en la visión que Blake da del error es la idea de que, dentro de cada individuo, el error puede ser aniquilado. Esta aniquilación se verifica cuando el individuo se enfrenta al adversario en el libro del error y en el interior de cada uno. A través del autoexamen llegará a percibir el falso cuerpo, la incustración de la percepción finita que le separa de su alma inmortal.



Lámina XIV

El viaje espiritual, proceso de transformación individual, se inicia al ser reconocida y abrazada la falsedad del adversario como error propio e individual. El viajero se hace la misma pregunta que una vez inscribió Blake en la portada de Urizen: "Cual es el camino / La derecha o la izquierda", cuestión que de manera irónica evoca el grito desesperado de Satán, "¿Hacia dónde habré de volar?" cuando en El paraíso Perdido, se encuentra por vez primera el Edén. Si la respuesta del viajero es la misma que la del Satán de Milton, "Allá a donde vuele está el infierno; yo mismo soy el infierno", entonces éste hallará la senda espiritual. Igual que en el Milton de Blake, se admite que "Yo en mi individualidad soy aquel Satán" (Milton), y descubre así la principal enseñanza de Blake: que el infierno es obra del propio peregrino.

Lámina VII
Puede que el lector de Blake se pregunte cómo habrá de aproximarse a El libro de Urizen: puede verse tentado hacia él por "el esplendor y la belleza" (Milton) de su superficie; puede que también encuentre bastante dolorosa sus "negras visiones de tormento". Debe, sin embargo, reconocer el cuerpo del error que se presenta en Urizen como su propio "edificio en ruinas" (Milton), antes de emprender su peregrinaje como una transformación.



Texto perteneciente a la versión en castellano de Avantos Swan "El libro de Urizen", Editorial Swan colección "El Compás de Oro", primera edición 1984.

Las reproducciones de las láminas de la copia G pertenecen a la Lessing J. Rosenwald Collection of Tht Library of Congres.

4 comentarios:

Baruk dijo...

Me encanta Blake. Desde el primer momento que vi sus grabados me quede enganchada, ellos por si mismos ya hablan, me gusta muchísimo.

Sus escritos atormentados me resultan más espesos de leer, pero aún así, emergen de sus escritos algunas frases lapidarias que contienen la esencia de su filosofia: "Si alzo la mirada y miro al cielo, yo y el cielo somos uno y es el extásis del cielo, si bajo la mirada y escupo veneno, es el extásis de la tierra y yo y la tierra somos uno..." (más o menos era así).

Te felicito por haber conseguido explicar de manera entendible el "caos mental" manifestado en el Libro de Urizen. A mi me resultaba de lo más complicado.

Salud y románico

Jan dijo...

En efecto Baruk, los textos de Blake son complicados, teniendo que rastrear sus claves simbólicas en el neoplatonismo, cábala, gnosticismo etc.. y recurir a trabajos introductorios como el de Avantos Swan que aparece en este post. A mi también me fascinan su grabados cargados de expresividad.
Sus obras están repletas de visiones que nunca dejan indiferente, te dejo como ejemplo esta "Fantasia memorable", texto que acompaña la plancha 6 de otro libro suyo, "El matrimonio del cielo y del infierno":

"Mientras me paseaba por las llamas del infierno, disfrutando de esas delicias del genio que a los ángeles parecen locura y tormento, recogí algunos de sus proverbios; pensando que del mismo modo que los dichos al uso en un país son prueba de su carácter, así los proverbios del infierno mostrarían la naturaleza de la sabiduría infernal mejor que cualquier descripción de edificaciones u ornamentos.
Al regresar a casa, sobre el abismo de los cinco sentidos, donde una pendiente de lados planos mira desafiante al mundo presente, vi a un poderoso diablo que envuelto entre negros nubarrones se cernía sobre los bordes de la roca. Con llamas corrosivas escribió la sentencia que aquí sigue, la cual puede ahora ser percibida por las mentes de los hombres, y por ellos leída en la tierra:

¿Cómo sabes si cada ave que surca los cielos no es un inmenso mundo de alegría, encerrado por tus cinco sentidos? (...)

Abrazos.

Baruk dijo...

Como lo sabes si cada ave que surca el cielo es un inmeso mundo de alegria encerrado por tus cinco sentidos? Como lo sabes?

Se que Blake defendia que nuestro cuerpo físico es una parte del alma que descubren los cinco sentidos, pero como saber lo otro, como notarlo?


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Jan dijo...

Para mi la pregunta que propone Blake es una invitación a descubrir significaciones en todo lo que nos rodea pero que permanecen ocultas a los sentidos corporales. Sería ver el mundo simbólicamente, algo por otra parte común entre los grandes poetas de todos los tiempos (los auténticos creadores de mitos), pudiendo ser sus obras un medio por el que abrirse a las intuiciones de "lo otro" como tu dices. Blake lo definía como la percepción infinita, entendiendo por ello que todo se encuentra en todo y además de forma simultanea, algo que como ya sabes también plantea la Cábala.