Foto: Trencadís (cerámica fragmentada) en el Parc Güell de Barcelona

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martes, 2 de septiembre de 2014

Ángeles

 Arcangel Miguel, siglo XV. Museo bizantino de Atenas



En nuestro imaginario los ángeles se muestran como seres celestes cuyo principal elemento para reconocerlos es la posesión de alas. Sin embargo ésta característica tan propia de la iconografía cristiana aparecería, según el investigador del Instituto Warburg Fritz Saxl, a partir del siglo V por influencia de la herencia pagana. La imagen de la figura celeste alada tendría un origen oriental en los albores de nuestra civilización, pasando a tener un papel importante en Grecia y Roma. Al principio la nueva religión no la contemplaría por no encajar en los textos del Antiguo y Nuevo Testamento, pero el poder de su imagen fue tal que acabaría por conquistar la mentalidad cristiana. El texto que sigue a continuación ilustra perfectamente cómo las imágenes van definiéndose y adquiriendo diferentes connotaciones según el curso de la historia, y, de la misma manera  que influyera Oriente sobre Occidente en la creación de doctrinas religiosas, lo haría también sobre la iconografía de su arte.



La vida de las imágenes
(Fragmento)
por
Fritz Saxl


(...) En el Antiguo Testamento, el ángel es nombrado con la palabra hebrea mal'akh, que quiere decir mensajero. Los griegos tradujeron la palabra por άγγελος , que significa el que anuncia, y la palabra griega fue introducida en las lenguas modernas como angelo, ángel, Éngel y ange.
Lo más curioso es que la connotación moderna del término es distinta de la que tenía en los textos hebreos y griegos. Por ángel entendemos hoy  figura alada, pero este no es el caso  ni en hebreo ni en griego. Tómese por ejemplo el relato del Libro de los Jueces (XXIII, 2 y ss.), en el que el ángel del Señor se aparece a la esposa de Manué con el mensaje de que concibiera a un hijo que será el que empezará a liberar a Israel de la mano de los filisteos.
"Fue la mujer y dijo a su marido: 'Ha venido a mí un hombre de Dios, y su aspecto era el de un ángel de Dios, muy temible'." No se mencionan alas. El ángel reaparece: "Y Manué dijo al ángel del Señor: 'Te ruego que permitas que te detengamos, hasta que hayamos preparado un cabrito par ti'." El ángel contesta: "¿Para qué me preguntas mi nombre, sabiendo que es secreto?'." Manué tomó el cabrito... y para ofrecerlo al Señor; y el ángel hizo un prodigio... Pues aconteció que cuando subía la llama de sobre el altar hacia el cielo, el ángel del Señor se puso sobre la llama del altar... Y Manué y su mujer... ya no vieron más al ángel del Señor. Entendió entonces Manué que era el ángel del Señor."
Esta historia, y especialmente la última frase, sería irrelevante si el mensajero hubiera sido alado, como imaginamos que deben ser los ángeles; porque entonces Manué no habría dudado de su naturaleza divina.
El hecho de que los autores de la Biblia no se imaginaran a los ángeles alados es aún más evidente en el Libro de Josué (V, 13): "Estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos y vio que estaba un hombre delante de él, en pie, con la espada desnuda en la mano: y Josué se fue hacia él y le dijo: '¿Eres de los nuestros o de los enemigos?' Y él le respondió: 'No, soy un principe de las huestes del Señor, que vengo ahora'." No hay duda de que el ángel apareció como guerrero, no como aparición angélica, que baja veloz a la tierra volando y subirá cuando haya cumplido la orden divina.
Es seguro que los primeros cristianos consideraron la palabra ángel en su sentido griego, es decir, el de mensajero. En una vasija griega encontramos una representación de Yocasta y Antígona. Sobre la figura intermedia está la inscripción angelos porque esta figura es el mensajero en la obra que aquí se ilustra. En Santa María la Mayor de Roma encontramos un mosaico del siglo V con la escena entre Josué y el ángel que acabamos de citar, y el ángel  está representado como un guerrero exactamente como lo exige el texto.

 Josué y el ángel. Mosaico. Roma, Sta. María la Mayor. Siglo V

Pero una representación posterior de la misma escena muestra la transformación. Aquí el ángel es alado.

Josué y el ángel, manuscrito siglo X, Biblioteca Vaticana

Recuérdese el texto: Josué levantando la vista, ve a un hombre ante él con la espada desnuda y le pregunta directamente: "¿Eres de los nuestros o de los enemigos?" Se darán ustedes cuenta de que la ilustración más tardía es ilógica por la intrusión de una figura alada. Josué jamás le hubiera hecho su pregunta a este mensajero celeste porque habría reconocido  en el acto que se trataba de un ángel.
¿Cuando se introdujo esta concepción del ángel en el arte cristiano? Encontramos la respuesta en la misma iglesia de Santa María la Mayor de Roma. En el arco de triunfo  decorado con una serie de mosaicos que ilustran la infancia de Nuestro Señor, la Virgen y el Niño aparecen rodeados no por mensajeros, sino por ángeles en el sentido moderno de la palabra. 
 

La Virgen con los ángeles. Mosaico Roma, Sta. María Maggiore. Siglo V

Uno de ellos está suspendido en el aire. Es, por tanto, en la primera mitad del siglo V cuando surge la nueva imagen del ángel.
¿Creó el cristianismo una nueva imagen o adaptó una antigua? ¿Cuales son sus antecedentes y durante cuanto tiempo siguió existiendo sin que fuera puesta en tela de juicio? (...)
Los griegos desarrollaron varios tipos de mensajeros divinos alados: Mercurio, Iris y, sobre todo, la Victoria que baja veloz del cielo para coronar al vencedor tras la batalla, ya sea lucha armada o competición de poetas o atletas en Olimpia.

 Victoria alada (Nike) Bronce griego siglo V a. C.

El tipo más grande y elegante de victoria serena se desarrolló a partir del tipo de victoria corriendo.


Victoria de Samotracia. Grecia, siglo II a. C

Los romanos, al ser una nación guerrera, tuvieron innumerables representaciones de la diosa, especialmente en tiempos de los emperadores, y en el arte romano cambia de caracter. No se precipita al suelo como mensajera de los dioses, sino que es una pesada figura erguida.

Victoria romana, Ostia

Los ángeles crisitianos son, con ciertas diferencias, derivaciones de estas creaciones imperiales de Roma y en la nueva Roma de Oriente, Constantinopla.

Angel, mosaico siglo VI. Rávena, San Apollinare Nuovo

Mientras que la Victoria era siempre una mensajera, los ángeles crisitanos no son hombre ni mujer; llevan un nuevo traje cortesano los mensajeros celestes en torno a Nuestro Señor o la Virgen. Son seres inmaculados del mundo sin pecado de los santos, vestidos de largas túnicas blancas. Pero no puede haber la menor duda de que la fuente principal de esta nuestra nueva imaginería se encuentra en las representaciones de la Victoria. (...)

 Cristo rodeado de ángeles, siglo VI San Apollinare Nuovo

Después del siglo V, la imagen permanece sin apenas cambios. La Edad Media, el Renacimiento, el período barroco no podrían apenas concebir un ángel si no es alado, y la gente que leía la Biblia se imaginaba las escenas de una manera bastante diferente a como los autores de los textos pretendían ser entendidos. El impacto de la imagen pagana sobre las mentes cristianas era tan fuerte que hizo que la gente imaginara cosas que no estaban en el texto escrito o que incluso eran contrarias a éste.


Lecturas: 

Fritz Saxl, La vida de las imágenes. Alianza Editorial 1989


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8 comentarios:

LINO ALTHANER dijo...

Interesantísimo todo lo relativo a estos seres espirituales, de cuya existencia no corresponde dudar demasiado, claro que yo los prefiero sin alas y despojados de toda vestimenta corporal, salvo para sus ocasionales epifanías, para las cuales en nuestro mundo hay tan poca cabida.
Un hito muy importante en la historia de la angelología es la del Pseudo Dionisio Areopagita (s.V), un neoplatónico cuya obra fuera dada a conocer a los europeos del Medioevo por Juan Escoto Erígena, y que tanta influencia ejerciera en el pensamiento religioso y en la espiritualidad mística cristiana.
El es autor de la jerarquización angélica en nueve coros (serafines, querubines, tronos; virtudes, potestades, dominaciones; principados, arcángeles y ángeles).
Como puedes apreciar, continuamos en cercana sintonía temática.
Un gran placer.
Lino

Jan dijo...

Bien Lino por recordar la teología angélica presente en la "La jerarquía celeste" del Aeropagita y sumarlo a este ensayo meramente iconográfico. Por mi parte me parece también opotuno recordar la importancia de la angelología en el Islam, tan ligada de igual manera al neoplatonismo. Sohravardî y Avicena escribieron unos relatos visionarios fascinantes de carácter gnóstico. Henry Corbin dedico algunos estudios a ello. Especialmente interesante "La necesidad de la angelología" de ése gran islamólogo francés.

El placer es mutuo

Fedora dijo...

Tampoco sé nada de ángeles, pero recuerdo un sueño impactante que tuve de muy muy pequeña, menos de 6 años: caían bolas de fuego del cielo y un ángel sin alas pero rizados cabellos me guiaba hacia lo alto de una montaña cerca del mar llena de romero. Me salvaba. Decía llamarse Miguel.

Jan dijo...

Jó, se te presentó nada menos que el príncipe de la milicia celestial..., el ángel de la más alta jerarquía.
Seguro que tienes enchufe...

Fedora dijo...

Siempre he pensado que hay angelitos por ahí que me cuidan :)

Moisés dijo...

Siempre me ha fascinado como las religiones fagocitan e integran anteriores creencia, ángeles incluidos. Sin duda son de una potente imagen y han dejado ejemplos preciosos en el arte. Siempre me ha gustado la representación clásica de los querubines sin cuerpo y con las alas directamente salidas de la cabeza... ¿a quién se le ocurriría semejante imagen?

Un saludo.

Jan dijo...

Moisés, no se a quien se le ocurriría la imagen que comentas, pero después de hacer memoria iconográfica se me ocurre que sus precedentes los podríamos encontrar en los diseños fantásticos de la Antigüedad conocidos como "gryllas" que tanto influyeron en los grutescos góticos. Otras influencias, en este caso orientales podríamos encontrarlas quizás en las "roleos" con cabezas islámicos, o las cabezas del árbol parlante de la isla wakwak que ilustraban una leyenda de origen persa. Pero esto son solo especulaciones...

Moisés dijo...

Pues es interesante aventurarse, está claro que el Cupido-Eros de la mitología greco-romana tiene mucho que ver. Además se suceden amorcillos con cuerpo con aquellos que son solo cabeza y alas, que pueden ser meras esquematizaciones de los anteriores. Me encantan este tipo de especulaciones, jejeje

Un saludo.